A 50 años de la llamada ¿“revolución”? cognitiva

Psicología 2008: Vigencia de los aportes del paradigma conductual

Durante las décadas del 60 y 70, se difundió la idea de que en la psicología había ocurrido la llamada «revolución cognitiva». Ella implicaba predominantemente una crítica al paradigma conductual casi en su totalidad más que a hipótesis puntuales y específicas. Se popularizó incluso una supuesta «crisis del conductismo» originada por la emergencia de dicha «revolución».

Muchos autores cognitivistas (Gardner, Chomsky, Miller, etc.) no se han limitado investigar sobre procesos cognitivos, sino también a escribir sobre historia de la psicología; de algún modo habrían «autoproclamado» tal «revolución». Desde posturas aún más extremas se anunció incluso la «muerte» o «caída» de los modelos conductuales y su sustitución por el cognitivismo.

El principal paradigma cuestionado por los defensores de los modelos cognitivos puros ha sido el conductual, más precisamente, las teorías del aprendizaje asociativo. Si bien es cierto que se produjo un aumento de los trabajos de investigación en psicología cognitiva -y no desdeñamos sus aportes a la psicología científica-, no parece correcto que este paradigma haya reemplazado al conductual.

El surgimiento de nuevas líneas de investigación y aplicación no implica necesariamente la sustitución de modelos previos. De hecho, en la psicología contemporánea, más allá de los «ismos», somos testigos de una sana INTEGRACIÓN de ambos paradigmas bajo el ala de la metodología científica. Lejos de lo pregonado por los cognitivistas «no-integrativos», asistimos hoy a una fuerte presencia de los aportes del conductismo y de las teorías del aprendizaje.

Vigencia de los modelos de condicionamiento y aprendizaje en la investigación básica

En los últimos 50 años, hubo gran cantidad de investigaciones inspiradas en los paradigmas de condicionamiento clásico y operante. Domjam (2007) efectuó una revisión de bases de datos especializadas Psycinfo y Medline, que llevan registro de los trabajos publicados en revistas científicas. Ambas muestran un aumento estable en el número de artículos editados sobre teorías del aprendizaje, desde 1970 a 1999 (ver gráfico). Estos datos indican que la investigación basada en el paradigma conductual continúa siendo prolífica e influyente. Asimismo, Domjam resalta que gran parte de las investigaciones en neurociencias se nutren del paradigma conductual.

Número de publicaciones

Número de publicaciones
Número de publicaciones

Semejante producción en las áreas de condicionamiento y aprendizaje pone en tela de juicio la supuesta «caída o crisis» de los modelos conductuales, anunciada fallida y prematuramente por autores «cognitivos-puros». Tal vez la confusión se origina a raíz de que algunos representantes de corrientes o escuelas en psicología escriben sobre acontecimientos que supuestamente han ocurrido en la historia de la psicología, pero sin apelar a los métodos propios de esta rama de estudio, vale decir, técnicas bibliométricas, encuestas a profesionales, revisión pormenorizada de documentos, inventarios de revistas especializadas, etc.

Este modo subjetivo de narrar la historia de la psicología ha derivado en que muchos psicólogos desdeñen a priori los aportes del paradigma conductual.

Vigencia de la aplicación de técnicas conductuales: Guías de tratamientos eficaces

Actualmente, resulta notoria la aplicación en clínica psicológica de muchas técnicas derivadas principalmente del condicionamiento clásico y operante. Un simple vistazo a las guías de tratamientos eficaces alcanza para revelar la vigencia de las técnicas conductuales en el abordaje de los desórdenes psicológicos. Reseñamos a continuación algunos ejemplos:

  • Los procedimientos basados en la EXPOSICIÓN son los más citados en las guías de tratamientos eficaces. Tal técnica forma parte de casi todos los abordajes para la ansiedad y conductas de evitación. En la agorafobia y en las compulsiones, la exposición ha mostrado excelentes resultados.
  • La DESENSIBILIZACION, sea imaginaria o «in vivo», sigue siendo desde 1958 hasta la fecha el tratamiento recomendado para las fobias.
  • El MANEJO DE LA ACTIVACIÓN con técnicas conductuales como la respiración abdominal, la refocalización atencional y las visualizaciones, forma parte del tratamiento contemporáneo del trastorno por pánico.
  • Las técnicas derivadas del condicionamiento operante (moldeamiento, reforzamiento, extinción, etc.) son muy recomendadas para el abordaje de pacientes con déficits en habilidades sociales, trastornos generalizados del desarrollo, psicosis, etc. Para la depresión, la ASIGNACION GRADUAL DE ACTIVIDADES resulta muy eficaz.
  • La terapéutica de las disfunciones sexuales incluye un componente de APROXIMACIÓN Y EJECUCIÓN GRADUALES, elementos característicos del paradigma conductual.
  • El abordaje de comportamientos ejecutados en exceso como tabaquismo, juego patológico y adicciones en general, incorpora una amplia gama de procedimientos de corte conductual; particularmente el CONTROL DE ESTÍMULO es un procedimiento ineludible en tales trastornos.
  • El MODELADO, un procedimiento de amplio espectro, se destaca como herramienta en personas con déficits de habilidades específicas y sociales.
  • Las técnicas cognitivas de modificación de pensamientos involucran «experimentos conductuales», ingrediente muchas veces crítico para la eficacia de la reestructuración. Autores como Beck, Ellis, Seligman entre otros tantos usualmente catalogados de «cognitivos» recomiendan el uso de técnicas conductuales pues ellas aportan a la modificación de pensamientos.
  • Finalmente, no está de más remarcar que en lo que concierne a investigaciones clínicas controladas, la mayor cantidad de trabajos científicos provienen del paradigma conductual.

Tradición científica del Paradigma conductual

A pesar de lo señalado, se han popularizado -especialmente en nuestro medio- críticas erróneas al paradigma conductual. Una de las mismas arguye que el conductismo ha negado el papel del lenguaje, pensamientos, imágenes y emociones. En la historia del movimiento conductual sobran evidencias contrarias a esta crítica, a saber:

  • Ivan Pavlov, en los inicios del siglo XX, subrayó la importancia del lenguaje como el «segundo sistema de señales».
  • En la década del 20, Eduard Tolman destacó la existencia de «mapas cognitivos» y del aprendizaje «sin ejecución».
  • Desde 1930 Hull y otros autores remarcaron el peso de elementos «mediacionales» entre estímulo y respuesta. Además, muchos investigadores del paradigma del condicionamiento clásico dieron especial atención a variables emocionales.
  • B. F. Skinner también recalcó la importancia del comportamiento verbal en su obra y señala en 1953 (cuatro años antes que Noam Chomsky) que el comportamiento puede ser gobernado por «reglas» y estímulos verbales. Para ser simples, Skinner valoraba el rol del lenguaje.
  • Ya en 1958, unos años antes del surgimiento de paradigmas cognitivos, Joseph Wolpe, psiquiatra de corte conductual, reparó en la importancia de corregir «errores de concepto» y usar imágenes mentales para la modificación de emociones y conductas de los pacientes.

Estos hitos históricos son previos a la llamada «revolución cognitiva». La misma enarbolaba la idea que el Conductismo negaba la existencia y el estudio de aspectos «internos», otorgándole importancia sólo al comportamiento observable. Nada más errado.

El paradigma conductual sí ha insistido en que el estudio del comportamiento requiere la operacionalización de los términos psicológicos lo cual a su vez, necesita de datos medibles y observables. De modo general, postula que las representaciones mentales tienen que ser inferidas a partir de la conducta.

Esta rigurosidad metodológica defendida por el conductismo es muy diferente a sostener que se «niega o desdeña» la existencia de imágenes, pensamientos, conciencia, emociones, etc. De modo esperable a toda postura científica, el paradigma conductual no es una cosmovisión dogmática y admite sus limitaciones. En cuanto tal, ha evolucionado al compás de los descubrimientos científicos.

Por razones de espacio, solo hemos señalado unos pocos autores con especial valía histórica. Durante el transcurso del siglo XX hemos asistido a una fuerte integración entre modelos conductuales y cognitivos. Tal movimiento aún continúa en el presente. Han pasado 5 décadas y no se observa lo pregonado por los autores de corte cognitivista cuando escribieron, fallida y precozmente, la «historia de la psicología».

Leahey, uno de los principales especialistas en historia de la psicología, cataloga expresamente a la «revolución cognitiva» como un mito: «los científicos cognitivos prefieren hablar de revolución porque el término les proporciona un mito del origen, una explicación de sus comienzos que les permite legitimar su práctica científica (…) pero no hubo ninguna revolución: el comportamentalismo prosiguió con un nuevo lenguaje, un nuevo modelo y nuevos intereses dirigidos a un fin ya conocido: la descripción, predicción y control de la conducta» (Leahey, 1981, 1992).

Consideramos pues, que hay un error cuando se afirma que con una «revolución cognitiva» se ha reemplazado al paradigma conductual. La divulgación de tales afirmaciones dogmáticas conduce a que psicólogos novatos interpreten de modo sesgado la evolución de la psicología. Particularmente en nuestro medio, esto ha derivado en que muchos psicólogos desconozcan los aportes del Conductismo por considerarlos, equivocadamente, anacrónicos.

Procesos tales como asociación de estímulos, discriminación perceptual, contingencia, claves configuracionales de los estímulos, condicionamiento semántico, representación de estímulos, tiempos de latencia, memoria procedimental, etc. continúan investigándose hoy día con bastante vigor. De más está recordar que la investigación básica nutre a la psicología clínica y su conocimiento favorece la efectividad de los procedimientos conductuales que se aplican en Terapia Cognitivo Conductual.

Por ello, creemos que el paradigma conductual no puede ser ignorado por los psicólogos. La auténtica integración que caracteriza al modelo cognitivo conductual, requiere el conocimiento pormenorizado de los procesos básicos de aprendizaje y modelos de condicionamiento. Los aportes del paradigma conductual continúan siendo relevantes, tanto en la psicología científica como en las neurociencias.

Por: Lic. Carmela Rivadeneira, Lic. José Dahab y Lic. Ariel Minici